La historia sigue a Pequeño Oso, obligado a abandonar la cueva donde se sentía seguro cuando esta deja de serlo. En Un hogar para pequeño Oso recorre un camino de búsqueda y rechazo: intenta refugiarse en las casas de otros animales que le recuerdan a su cueva, pero Zorro, Jabalí y Coneja le piden que busque otro sitio, hasta que su peregrinaje lo conduce a un bosque vasto y distinto donde los encuentros le permiten recuperar, poco a poco, la sensación de pertenencia.
Britta Teckentrup combina una narración sensible con imágenes que transmiten atmósferas de refugio y extrañeza, ofreciendo una lectura que aborda con delicadeza la pérdida, la resiliencia y la empatía. Texto e ilustración dialogan para acompañar a los lectores infantiles en la reflexión sobre qué constituye un hogar y cómo las comunidades pueden reconstruir la seguridad y el cariño.